lunes, 3 de diciembre de 2012

Cyberamiguitos


Hablaba el otro día con una amiga de las relaciones cybernéticas; y de cómo el proceloso mundo de internet y las redes sociales está cambiando nuestra forma de mantener el contacto con otros seres humanos (o lo que sea). Este asunto daría para mil o dos mil actualizaciones, ya lo sé. Pero voy a intentar (glups!) ser aproximadamente concreto y hablar de los temas que me llaman más la atención. Seguro que al final no lo consigo. Lo de ser concreto, digo.

A mí me interesa mucho la gente. Lo digo así, en general, porque siento una enorme curiosidad hacia las personas. No me oculto en absoluto: soy un cotilla redomado y empleo parte de mi tiempo en bichear qué hacen mis congéneres con su atribulada vida; qué dicen, qué piensan, con quién se relacionan y cómo se fotografían. Por eso me gustan tanto las redes sociales: porque son un agujerito abierto a las existencias ajenas... O, todavía mejor, son una ventana a la fantasía que otros individuos construyen en torno a su propia vida. La gente esto lo critica mucho: se dice que lo que leemos en el facebook es una falsedad, una mentira elaborada para hacernos parecer estupendos ante un público multitudinario. Puede que quienes así piensan lleven mucha razón; pero a mí es que eso me parece algo muy saludable. Sólo hay que aceptarlo y disfrutar de esa pequeña (o no tan pequeña) impostura.

Sí: en general lo que mostramos en las redes sociales es una imagen relativamente distorsionada de nosotros mismos. También ocurre cuando conocemos a otra persona, o cuando iniciamos un romance: tratamos de parecer mejores de lo que somos; o de mostrar nuestro perfil más favorecedor. Y el que no lo haga... pues ya me parece un pelín enfermo, porque para airear nuestras miserias ya habrá tiempo y espacio, digo yo. No creo que haya que criminalizar tanto esa concesión a la fantasía: recrear, a través de la red, una identidad que nos parece atractiva; ser (aunque sea sólo virtualmente) la persona que nos gustaría ser... Bueno, eso debe tener algo de terapéutico. Otra cosa es confundir realidad y ficción; despegar los pies de la tierra y obsesionarse comparando la (presunta) vida de los demás con nuestra existencia cotidiana, más o menos anodina, más o menos rutinaria. Eso sí que me parece peligroso. Pero para poner cada cosa en su sitio nos ha dado la naturaleza un cerebro mínimamente bien amueblado. Vamos, digo yo.

Llevo muchos años relacionándome con gente a través de internet: con algunos he llegado a tener contacto más allá de la pantalla del ordenador, y en general he sufrido pocas decepciones. Con otros... Bueno, en realidad es que no me interesa que la relación pase de lo virtual a lo real. ¿Por qué debería ser así? ¿Qué tiene de malo ser simplemente cyberamigos, o cyberconocidos, o cyber...loquesea? Mantengamos ese contacto sutil a través del teclado del ordenador; dejemos que nuestra fantasía nos imagine siempre estupendos, felices, guapos y juerguistas... Y quizá algún día la vida se encargue de reunirnos. O quizá no.

Esto lo sabía yo: al final me he ido por las ramas y he dejado mil cabos sin atar en esta actualización. Tendré que aceptarlo, es mi naturaleza.

7 comentarios:

  1. Ya te he leído... te comento luego, que mi hijo acaba de llegar y quiere comer...

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  2. En general de acuerdo, como casi siempre. Quizás he echado de menos, por que por ahí pensaba que irían los tiros al leer el titular, una opinión acerca de esas relaciones que pasan de cyberamiguitos a cyber-rollitos en sus múltiples variedades. Eso, quizás si hubiera sido más controvertido, ¿no?

    Por cierto, ¡Qué bien te ha quedado la ilustración!

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    1. La ilustración, que es un googleazo en toda regla, me parece tan horterilla que me pone los pelos de punta. Vamos, que me encanta.
      En cuanto a lo de los cyberrollos (en sus múltiples variedades); creo que merecen por sí mismos una actualización exclusiva. Tengo bastante que decir al respecto. Por propia experiencia, vaya.
      Un beso gordo!

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  3. Totalmente de acuerdo, aunque terapéutico en sí tampoco me parece, sí les brinda un recurso a los que carecen de algunas aptitudes-actitudes en el cara a cara, pero no lo sustituye, en fin, que viva facebook, el twiter y el viejo chat de msn, ayyyyyy, si los ordenadores hablaran!!

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  4. Corrijo, un recurso es para todos, lo que no me parece terapéutico es que sea el único recurso.

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  5. Hace mucho que no te seguía... Y me gusta!!! Me gusta el contacto internetiano..y solo procuro mejorar en las distancias cortas.

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